Si es de los que guardan rencor contra alguien y no puede nombrar a esa persona o existen temas de los que no puede hablar, le molestan mucho o le cambia el carácter al abordarlos, tal vez sufra de resentimiento.
Para Osvaldo Cuadro Moreno, experto en temas de autoayuda, los médicos afirman que al menos el 80% de las enfermedades son psicosomáticas, es decir, que comienzan en mi pisque o espíritu. “El cuerpo expresa todo lo que el espíritu siente, pues somos una unidad”, advirtió.
Según el experto, el resentimiento o dificultad para perdonar, mal que existe desde siempre, puede afectar la salud, produciendo problemas a los huesos como la osteoporosis, al corazón, a la digestión o problemas de movimiento.
“Si el resentimiento acentúa la ira, voy a tener problemas hepáticos. Si se encarna de determinada manera voy a tener problemas de gastritis, úlceras o quizás colon irritable”, precisó Cuadro.
Tenga en cuenta:
Consecuencias de una persona que guarda resentimientos
- Afecta la capacidad de comunicación. Habrán cosas que una persona resentida no va entender porque no va a querer entender. En un matrimonio, si alguien está resentido con otro va a escuchar algunas cosas pero otras no las va a querer escuchar”
- Va a dificultar la comunicación con los demás y la propia influencia sobre los demás. “Si soy un empresario resentido voy a dedicarme a controlar en lugar de dedicarme a estimular”.
Lo primero que tenemos que hacer para liberarnos de este sentimiento es entender la naturaleza de la ofensa: de quién procede, qué consecuencias puede tener en nosotros, por qué lo hizo y si había intención de ofender.
Así podremos analizar con objetividad lo ocurrido. Muchas veces exageramos lo sucedido o imaginamos actitudes y hechos que no corresponden con lo que en un principio pudimos pensar.
Debemos aprender a superar el sufrimiento y las ofensas mirando hacia el futuro. No podemos quedarnos atrapados en el pasado, recordando continuamente a aquellos que tanto sufrimiento nos causaron o aquellas circunstancias o hechos que nos produjeron tanto dolor.
Hay que pasar página y mirar de forma positiva hacia el futuro. El perdón nos libera de la pesada carga en la que se puede convertir el resentimiento. Aceptar lo que pasó, aunque no estemos de acuerdo con lo que sucedió, y dejar de lado los pensamientos negativos que nos causaron dolor es la mejor solución para superarlo.
Este sentimiento se puede superar por la voluntad y la inteligencia de la persona que lo sufre. Para ello, es necesario un carácter firme y un dominio de las emociones, de tal forma que no permitamos que arraigue en nuestro interior.
Debemos realizar un esfuerzo para conducir este sentimiento hacia pensamientos más positivos. También hay que buscar razones para evitarlo, tales como que la persona resentida es una persona amargada y obsesionada, que puede estar padeciendo por un acontecimiento u ofensa que el otro ya ni recuerda; que el resentimiento es un veneno que destruye por dentro y que rara vez sacia la sed de venganza o que al final se convierten en personas encerradas en sí mismas, cuyo única meta es la venganza. Para superarlo, es muy importante admitir que existe en nosotros y, una vez reconocido, debemos tener el firme propósito de liberarnos de él.
Acá les dejo con un video para que tengan en cuenta a cerca de cómo sanar esta herida que sigue hincándonos y que nos obstaculiza.
El resentimiento es un dolor moral que se genera como consecuencia de una ofensa. La persona que lo sufre no consigue olvidar dicha ofensa, de manera que lo vuelve a sentir una y otra vez (re-siente). Este sentimiento va acompañado de rencór y hostilidad hacia quienes causaron el daño.
Sentimientos comunes de la persona resentida...
Cuando el resentido no desea olvidar, está continuamente recordando aquello que dió origen a ese sentimiento, queda esclavizado a su pasado y no logrará liberarse de esa gran carga que es el resentimiento. La persona resentida se siente dolida y ofendida por el trato injusto que ha recibido de determinadas personas o por los acontecimientos desfavorables que han surgido hacia ella en un momento determinado.
En tal caso, podemos hablar de un resentimiento comprensivo, es decir, tiene sentido que esta persona se sienta molesta con las personas o circunstancias que le causaron esa ofensa y que reviva ese malestar ante ese recuerdo.
Los sentimientos de envidia y celos son frecuentes en algunas personas resentidas que consideran que la vida es injusta con ellas. No llegan a entender cómo otros consiguen con cierta facilidad, aquello por lo que ellas a pesar de haber luchado tanto, no logran conseguir.
El resentido desea vengarse de aquel que le ha ofendido o le ha causado algún daño justa o injustamente. Considera que esa persona tarde o temprano tendrá que pagar por el daño causado y desea realizar una acción semejante a la recibida. En este caso, el resentimiento va naciendo y puede obsesionar de tal forma que acompañe durante muchos años o incluso a lo largo de toda una vida.
Cuando ese sentimiento sa ha instalado en alguien firmemente, le amarga la vida y hace que ñse ñe amargue a los demás. Se convierte en una persona rencorosa y desagradable, incapaz de ver lo bueno de las cosas y con una gran fijación hacia las personas contra quienes guarda resentimiento.
El veneno del resentimiento
El resentimiento es como el odio que se encoge sobre la misma persona. Se retuerce sobre sí, es una fuerza centrípeta. Está siempre presente, saltando sobre su presa. Es la hostilidad contra algo o alguien, hostilidad que anidó adentro y allí quedo, expandiendo su veneno y produciendo una ansiedad permanente sobre todo el ser. Es una respuesta insana al temor y agresión. En sí, el resentimiento es propio de la pequeñez del alma. Hasta podríamos decir que hay quienes no se atreven a odiar como es debido y se reducen a esa mezquina expresión del odio, que es el resentimiento. ¿Que tan peligroso es? El resentimiento es por sí autopunitorio. Daña al sujeto antes que a cualquier otro. Daña su personalidad. La rebaja, la encierra en sí misma, la empequeñece. Y también la lastima. Dificulta la comunicación. Una persona resentida tendrá siempre un bloqueo interior para dialogar, comprender o reconocer la verdad de ciertos temas. Tendrá una activa dificultad para el diálogo. Por lo tanto, el resentimiento aisla e incomunica porque es como retocerse en uno mismo.
El resentimiento puede ser resentimiento contra uno mismo. Esto se ve no solo en el castigo que uno se inflige por medio de diferentes sufrimientos. Sino en que uno no se perdona por faltas que alguna vez ha cometido; uno se rechaza a sí mismo. Esas faltas pueden ser reales o no. Entre las faltas reales puede haber fallas graves o fallas leves, pero su gravedad psicológica no depende de su seriedad objetiva sino de la importancia emocional que le demos. Por ejemplo, robar puede ser una falta objetivamente grave, pero tal vez no la sentimos tan importante porque nadie se enteró, y sin embargo una infidelidad me puede pesar mucho porque además de su importancia real ha producido un descenso de mi autoestima. De modo que puedo estar avergonzado, humillado, y resentido con quien me ha herido. ¿Quién ha sido tal? YO. Pero también habiamos dicho que puede haber resentimientos contra uno, que nos son reales. Entre estos resentimientos con uno mismo sobre los que no son reales está proporcionado por los defectos físicos, materiales, o aún psíquicos. Podemos estar resentidos contra nosotros mismos por nuestra estatura o nuestro color de piel; por haber tenido los padres que nos tocaron; por ser pobres; por ser tímidos. Pueden ser fuentes no reales pero efectivas de resentimiento. Ya que el resentimiento no es objetivo, no es racional, es simplemente una respuesta emocional, un impulso. El resentimiento enferma el corazón, y un corazón resentido es un corazón enfermo.Enferma el alma y enferma el cuerpo también. «Sentirse»y resentirse
La manera de reaccionar ante los estímulos está muy relacionado con los rasgos temperamentales. La cultura en cierta forma y la educación, junto con el factor genético, influyen mucho en la forma de reaccionar, por lo tanto, en la forma de cómo el resentimiento se origina y manifiesta. Consecuencias AMARGURA._
El resentimiento amarga la propia vida. Es un amargor ácido que se mete en nuestro interior y nos carcome. Por eso la persona resentida es una persona de mal carácter. Hay bromas que no admite. Está presta a discutir o a airarse. TRISTEZA._
También nos entristece. El rencor trae melancolía. Nos sentimos derrotados por otro, humillados por lo que consideramos el triunfo de un enemigo sobre nosostros. Entonces nos arrinconamos, nos encerramos en nosotros mismos, no queremos hablar de ciertas cosas, y cultivamos postración, aflicción, pesadumbre. A veces nos sumimos en el ensimismamiento, la abulia, la depresión . RENCOR ENCUBIERTO._
El rencor que se esconde, va a brotar en cualquier momento, tal vez el menos pensado, de alguna forma inesperada. Con raptos histéricos, con inmadurez o faltra de sentido común, con somatizaciones, y, finalmente, haciendo del individuo un ser indefenso por haberse entregado a no luchar, ´por haber escondido su hostilidad. Con todo eso sólo se consigue profundizar el rencor y la angustia. AGRESIVIDAD._
El resentimiento también nos hace agresivos. Y nos hace agresivos porque pone en evidencia nuestra humillante indefensión: Así, estamos a la defensiva, tenemos que. Golpes físicos y sobre todo los ultrajantes golpes psíquicos de la humillación. ENVIDIA._
La suerte ajena amarga. O por lo menos no trae la alegría correspondiente; o no toda la alegría debida.Y menos cuando el "suertudo" es uno que goza de una debida y "justa" antipatía. Consideramos injusto que el otro tenga una suerte que uno no tiene. Dato curioso Los resentimiento nos ponen tensos. Estiran y llevan a la rigidez nuestro músculos, contraen nuestros nervios. Por eso producen cefaleas. El resentimiento es causal de la artritis reumatoidea. Pero también de muchos otros problemas motrices. Músculos contraídos, de muchas diferentes maneras, muestran a veces un retorcimiento como un efecto de la psiquis que está resentida. Agregamos las enfermedades autoinmunes. Por nuestra parte creemos que una de ellas, las diabetes en alguna de sus formas, como la diabetes azucarada, podría estar ligada en sus causas al desamparo y también al resentimiento originado por el desamparo.
En algunos casos de urticaria, prurito, psoriasis, hay un resentimiento sin salir que está allí mortificando, mordiendo. Lo mismo podríamos decir de la hipertensión arterial. Rencores sin salida pudieron acumularse en ls venas contrayéndolas y pudieron haber como apretado el corazón. Hay otros trastornos psicosomáticos que pueden haberse originado en el temor o en el resentimiento. Uno de ellos es la frigidez. Es propio de mujeres que definitivamente no quieren entregarse, no quieren cederse. O tienen miedo o tienen rencor. O las dos cosas. Así como la impotencia masculina, fisica o psíquica, está muy ligada al temor. ¿Qúe hacer?
1°: Reconocer el origen del resentimiento. 2°: Reconocer la propia miseria del resentimiento. 3°:Reconocer que es en perjuicio de nosotros mismos. 4°:Reconocer que también nosotros hemos hecho daño a otros. 5°:Finalemente, recalco que es necesario PERDONAR.
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Acá les dejo un video muy entretenido para que tengan por lo menos una noción decómo es el resentimiento.